martes, 21 de julio de 2009

Del Silencio



Puedo callar

Aun escucho tus palabras

Que reclaman mis absurdos

Argumentos

Mi ausencia, mi olvido,

La falta de atención a tu sepulcro

Todas ellas caen como la arena

sobre la losa de una tumba egipcia

Sobre ella se encuentran grabadas

Tus insignias

Aun reclamas por justicia

a tus heridas, a tu lecho

a las calles desiertas

A la muerte lenta del asfalto

Sobre el rostro descarnado

Se ve aun el asombro por tus ojos

No comprendes la respuesta

del silencio

He callado

A la provocación de las intrigas

Y han muerto

Estuve contigo en medio de las fieras,

que nos envolvieron con sus miradas,

Aullaron, chillaron, mugieron, ladraron

En medio de la luna

Bajo la constelación que fabricaste

De la nada

Y mi rostro fue abofeteado con toda demencia

he callado

Solo el silencio puede curar los males

Que me acechan

Atiendo solo tu boca

Y le beso porque eres dulce

Agridulce miel de abeja

Que pica por doquier

Punzantes razones te sostienen salpicando

Calificativos sobre mi conciencia

y vuelve el silencio cobarde

aceptando mi culpa por tus males

Expongo mis ideas en la miseria

Que nos envuelve

y no hay testigos que te nombren

Nuevamente callo

Sobre cadavéricas risas burlonas

Envuelvo las penas

Las amarguras de tu rostro

Placer que ha muerto

En un tiempo perdido.

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