Deje al olvido el reloj despertador
No tengo prisa para levantarme
Solo escucho el tic tac del tiempo
Acorralado en la penumbra de la noche
Recuerdo el ir y venir de cada uno de mis pies
Apoyados en los zapatos desgastados,
En la calle me espera angustiada una esquina
Para doblar a la derecha
apresurando el paso a la estación
Recorriendo el transporte cotidiano
en la vía prima
camina desvencijado un lagarto
sobre sus piernas
adormiladas
aceptamos el viaje
Y sigo
Apesadumbrado por mis colegas
Checando la tarjeta del tiempo trabajado
Me olvidé del pasaje al túnel
Pasadizo inerme del diario atardecer
Entre la música estridente de un vendedor
Sin más motivo que el hambre de cada día
Tirando consignas a
la humanidad
Aquí me quedo
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